El blog de losremediosdemarciana

Toc - toc sonò la puerta. Pase -dije en un tono no muy convencido. Lo que vì al abrirse la puerta con suavidad era...como explicarlo... una silueta sin ningùn tipo de expresiòn ,era tan etèreo que parecia invisible, pero para mi sorpresa se puso hablarme.

-!Buenos dias Antonio! ¿Què tal has descansado? me llamo U -me dijo de corrido, como si fuese un guiòn aprendido en otro idioma que no era por supuesto el suyo.

-!Hola buenos dias! me siento como si me hubiesen dado una buena paliza, o me hubiera emborrachado el dia anterior hasta llegar al como etìlico. Por favor me podria explicar de que va todo esto, estoy francamente desorientado no entiendo nada- le casquè tan de corrido como segundos antes me habìa saludado esta silueta tan peculiar.

De momento decirle que esta usted en el planeta Plutòn o Pim como lo llamamos nosotros, le hemos traido aquì para poder darle un poder mayor, antes que las cosas en su paìs y mundo se pongan muy pero que muy feas- me sonò su repuesta a computadora y le pedì por favor que se explicara con mucha precisiòn pues yo no podìa hacerme ni una pequeña idea de como podìa haber llegado a nada menos que ha Plutòn, estaba alucinado, cabreado, flipao,desorientado y no se que màs leches ...

Si - he dicho nuevo destino, no es un banco a la antigüa usanza. Se trata de algo màs complejo para la mente humana, tu dejate llevar y todo irà bien -me contò. Estàs ùltimas palabras me erizaron el vello, no sè por què pero algo andaba mal lo podìa intuir , algo fallaba. En los ojos de los tres visitantes se escondia una luz diferente, era como si al azul de sus ojos les hubieran añadido màs blanco llevando su color original a un color parecido al azul cian. No dije nada. Intentè mantener mi cabeza en blanco. Sabìa que ellos podìan leer mis pensamientos por lo que me convertì con mucho esfuerzo en un ser sin pensamiento, ni sentimiento. Era algo agotador, pero ese era el buen camino si querìa llegar a entender este galimatìas en el que estaba metido de cuerpo entero y alma incluida.

La mañana me encontrò abrazado a mi amada, sentir su cuerpo caliente enlazado al mio me parecio un regalo no merecido, pero me apretè a ella deseando que ese momento permaneciera en mì eternamente,  se encontraba a mi lado dormida manteniendo una respiraciòn tranquila, pausada similar a la de un bebè despuès de amamantar. No pude resistir observarla en silencio y me atrevì a besar sus carrillos rosados muy despacio, tiernamente, me sentì como un niño con zapatillas de fùtbol  nuevas. Poco a poco fue desperezandose hasta abrir los ojos. -Buenos dìas guapa- le dije- buenos dìas chico guapo - me contestò. Nos volvimos a besar profundamento llegando a cavidades del alma  hasta que oimos mucho jaleo en la casa y se acabò lo bueno -pensè-. 

-Sièntate a mi lado -le dije , mientras le dibujaba un gesto en el borde de mi cama. Ella se acercò hasta mì ,su olor caracterìstico inundo mi pituitaria llenàndome  de recuerdos carnales. Tomè su cuello entre mis manos y acerquè mi boca la suya. Nuestras lenguas empezaron a bailar una danza de duendes salvajes, sentì su deseo y me gustò. Con mis dedos fuì desabrochando su camisa uno a uno despacio pero con una destreza impropia en mì en estos menesteres, me sentì poderoso al ver aparecer sus grandes senos sin el escudo de un sujetador, me excitè como no lo habìa hecho jamàs en lucided. Estaba con la mujer que querìa en el momento perfecto. Pero algo me hizo parar en seco, necesitaba saber...

 -¿què pasa Antonio? -me preguntò. -Quiero tener la certeza de que haces esto porque te gusto, no por simple agradecimiento. -le contestè.

Cuando salimos del territorio del cura, les dije a mis guardaespaldas especiales que escribieran a la oficina del paro de Burgos para que nos hicieran una lista de los parados de la ciudad y provincia. Una vez obtenidos estos datos pensaba pedir a cada uno de los allì registrados sus curriculum vitae. Me interesaba tambièn contactar con los emigrantes sin papeles que se encontrasen por la zona, incluso los que vivian en la calle. Necesitaba a màs gente para ayudarme por lo que ese contratiempo no seria tal, porque podrìa contratar de la gente que no trabajaba para este menester. 

 Entre papeleos y demàs la noche se comiò la tarde y me despedì de los tres hasta el dìa siguiente. Cuando lleguè a mi casa otra vez sentì la sensaciòn de arropo de la mañana, saludè a las chicas y me subì a mi habitaciòn con la idea de hacer unas flexiones antes de cenar, necesitaba descargar adrenalina. Despuès de una serie de cincuenta- mi cuerpo no aguantò màs- me dì una ducha frugal.

Cuando entrè en la cocina la mesa ya estaba dispuesta para la cena, hablè sobre lo pactado con el pàrroco y tres se ofrecieron voluntarias para este trabajo, al final fueron dos pelirrojas las que decidimos entre todos que se presentarian al dìa siguiente en la casa del cura. Las dì una serie de advertencias para que no tuviesen problemas y me lo agradecieron efusivamente. Cenamos amigablemente una ensalada campera y unos filetes de merluza. Cuando todo se habìa recogido algunas se marcharon al salòn a ver la tele, y Susana se marchò a su casa , convenimos en que vendrìa a la mañana todos los dias hasta que las mujeres estuvieran colocadas en otros trabajos. 

 Me subì a mi habitaciòn con la intenciòn de leer y eso hice hasta que unos golpes en la puerta me interrumpieron gratamente, era Alicia.